Yo te evoco, perdido en la vida, / y enredado en los hilos del humo, / frente a un grato recuerdo que fumo / y a esta negra porción de café.
Baixar Mais Tocadas: músicas de Cátulo Castillo
Trotando viene la noche / por negras huellas de sueño. / La luna, corre que corre, / fatiga los bueyes
Llora la calesita / De la esquinita sombría / Y hace sangrar las cosas / Que fueron rosas un día
Una mañana fría te vi por vez primera / por la desierta calle, rozando la pared, / eomo si el viento helado que barría la acera / te acelerara el paso, camino del taller.
Lo llamaban por mal nombre Mangangá / y hallá por el año 80, / el barrio de San Telmo / consagró como un compadre polenta.
Miraba la ciudad desde el estrolo / de la piedad mortal de sus veredas, / buscando aquella edad de amor y sedas / y del bulín bacán en el Barolo.
Lo vi lucero… y lo pensé crecido… / Fue la llama feliz que nos llamaba. / Se dio en la calle un paredón de olvido / se dio en la noche un corazón de ochava
Tímida sonrisa que ocultabas / tras los pálidos plumones / y el marfil de tu abanico… / Entre sus varillas me miraban,
Un avión en la niebla ha perdido la senda del viejo país. / Los dragones de piedra bostezan su hastío. Los dioses no están. / La aventura del mundo es un beso traído del fondo del mar. / ¡Con sus ojos humanos, siguiendo a una estrella, solloza el delfín!…
Vendrás del viaje loco y sideral, / verás amanecer en el abril. / Mis alas de papel y de percal, / las tuyas de metal y de marfil.